¿Conocéis el gallo de Portugal? Si alguna vez visitasteis el país vecino, seguro que lo visteis en alguna tienda y, si no, seguro que conocéis a alguien que tiene uno de recuerdo en alguna vitrina de su casa. Quizás uno de esos que cambian de color según el tiempo que haga o un palillero como el de nuestra imagen de cabecera. Pero lo que puede que no sepáis es que al famoso gallo se le conoce realmente como el Gallo de Barcelos. ¿Por qué? ¿cuál es el origen del gallo de Portugal o gallo de Barcelos? ¡Te lo contamos!
Hay muchas leyendas, o más bien versiones, sobre el origen del símbolo luso. Para buscar una fuente fiable nos hemos ido directamente al origen de todo, a Barcelos. Según explican en la web del municipio, la leyenda del gallo está directamente asociada con el Cruzeiro do Galo, un monumento medieval que hoy día puede visitarse en su Museo Arqueológico y que hace alusión al milagro de Santiago, episodio que dio origen a la Leyenda del Gallo.
Según nos cuentan, cierto día, apareció un gallego que se convirtió en sospechoso. Las autoridades decidieron arrestarlo y, a pesar de que juraba que era inocente, nadie creía que el gallego se dirigiera a Santiago de Compostela en cumplimiento de una promesa, ni que fuera ferviente devoto de Santiago, San Pablo y la Virgen. Por eso, fue condenado a la horca. Antes de ser ahorcado, pidió ser llevado ante el juez que lo condenó. Concedida la autorización, le llevaron a la residencia del magistrado que, en ese momento, estaba de festín con unos amigos. El Gallego volvió a asegurar su inocencia y, ante el asombro de los presentes, apuntó hacia un gallo asado que estaba sobre la mesa, exclamando: «Es tan cierto que soy inocente, como cierto es que ese gallo cantará cuando me ahorquen». Las risas y los comentarios de los asistentes no se hicieron esperar pero, por si acaso, no tocaron el gallo.
Lo que parecía imposible se hizo, sin embargo, realidad. Cuando el peregrino estaba siendo ahorcado, el gallo asado se puso en pie sobre la mesa y cantó. Nadie dudaba ya de la afirmación de inocencia del condenado. El juez corrió a la horca y vio, horrorizado, al pobre hombre con la soga al cuello. Sin embargo, el nudo del lazo evitaba el estrangulamiento. Inmediatamente fue liberado y dejaron que se marchara en paz. Años más tarde, regresó a Barcelos e hizo levantar el monumento en honor a Santiago y a la Virgen.
Como os comentábamos, existen diferentes variaciones de la misma leyenda. Hay una versión, por ejemplo, que cuenta que, cuando el juez fue a la horca, Santiago estaba sosteniendo el cuerpo del peregrino para que no se ahogara. De hecho, si os fijáis, en la cruz parece que, efectivamente, Santiago con una mano sostiene al ahorcado por los pies. No sabemos cuáles serán los detalles reales de la leyenda original, peor lo que sí parece claro, ya que todas las leyendas coinciden en eso, es que un gallo de Barcelos que tendría que estar cocinado fue el que, volviendo a la vida, demostró la inocencia del peregrino.